ARTE PALEOCRISTIANA

ARQUITECTURA


Hay una diferencia fundamental entre la concepción del arte de los griegos y romanos en lo que se refiere a los templos y la de los cristianos. Para los primeros los templos eran la casa de los dioses, pero el acceso a los mismos quedaba limitado a los oficiantes, mientras que para los cristianos el templo era un lugar donde se reunían los fieles para adorar a Dios en forma comunitaria.
Los templos clásicos no servían pues para esta nueva construcción del culto y es por lo que, cuando Constantino en el año 323 D.C. se convirtió al cristianismo, se pensó en otras formas de construcción, adoptándose una que ya había dado pruebas de poder congregar multitudes. Esta era la basílica romana, lugar donde se administraba justicia y era capaz de contener una multitud.

Basílica de San Pedro, Roma


En esta basílica construida exprofeso para el culto en el año 330 presenta todos los elementos de la basílica romana, pero adaptados a las nuevas necesidades.
El acceso a la misma tiene lugar a través de un patio o atrio rodeado de arquerías, preludio de los claustros conventuales, hasta que se llega a un vestíbulo transversal llamado nartéx, donde aguardaban los catecúmenos o no bautizados. Acto seguido se ingresa en el templo dividido en cinco naves, dos a cada lado y una central, más alta y ancha que conduce directamente al altar situado al fondo en un semicírculo llamado ábside, después de atravesar un espacio transversal llamado bema, de origen oriental, pero que preludia el transepto de la Edad Media.
Las naves están separadas por columnas libres que sostienen un entablamiento sobre el que reposan una serie de arcos que permiten el paso de la luz para iluminar el interior de la basílica.
Las naves laterales de la basílica están cubiertas por una techumbre leñosa inclinada hacia el exterior y la nave central por una techumbre también de madera a doble vertiente. La nave central y, a veces las laterales, están cubiertas por un falso techo a plafón de madera, horizontal a la planta.

La fachada de las basílicas refleja exactamente la disposición interior de las naves y su altura. En la misma se han practicado las ventanas que la iluminan por este lado.

Baptisterios


En estos tiempos, el bautismo tenía lugar en forma común y en determinadas fechas del año, por lo que se construían al lado de las basílicas, unos baptisterios, generalmente circulares, rodeados de columnas y de varios pisos, en el centro del cual estaba la fuente bautismal. Más tarde formaron lo que actualmente son las torres adosadas a las iglesias.

PINTURA


La pintura paleocristiana o latino-cristiana se desarrolló durante el Imperio romano, por lo que puede considerarse cronológicamente dentro de la pintura romana; sin embargo, por su temática y características, supone la iniciación de la pintura medieval.
La pintura paleocristiana se extiende hasta el siglo VI en que comienza el estilo bizantino. Con las influencias de éste se forma en Occidente el «latino-bizantino» que se llama románico desde el siglo XI. Pero en la segunda mitad del siglo XIII surge la restauración italiana con maneras que se dicen góticas para transformarse en perfecto renacimiento con mayor belleza de formas a partir del siglo XV.
Dentro del período paleocristiano cabe mencionar en primer lugar los frescos de las catacumbas y desde la paz de Constantino sus composiciones al mosaico y también el fresco de las basílicas. Unas y otras ofrecen un altísimo valor por parte de la idea que envuelven aunque por su técnica y ejecución artística disten generalmente de ser modelos.
Los asuntos de las composiciones pictóricas siempre sencillas en las catacumbas son por lo común bíblicos ya históricos ya simbólicos y rarísima vez se observa que se tome como símbolo algún motivo pagano a pesar de que los primitivos artistas debieron poseer una cultura naturalmente pagana y vivían en medio del paganismo que les suministraba formas y emblemas para revestir los nuevos conceptos cristianos. Con todo, apenas se halla otro motivo mitológico que el de Orfeo amansando a las fieras, el cual, por otra parte, se armoniza con el vaticinio de Isaías que anunció al Salvador del mundo bajo un apecto semejante (Isaías, c. XI, 6). La técnica y las formas de las pinturas paleo-cristianas son en su aspecto material propias del estilo romano decadente, tanto mejores o de sabor más clásico cuanto más antiguas. Pero como los artistas no se preocupaban sino por la idea, resultan poco estéticas sus labores y se presentan muy sobrias en el colorido. Sin embargo, se transparenta en las figuras la sencillez, la naturalidad y candor de los primitivos fieles y aún la paz de sus almas en medio de las persecuciones sin que llegue a reflejarse temor alguno por éstas.

ESCULTURA


La escultura de la época se halla especialmente representada por los sarcófagos decorados con temas del Crismón, estrígilos, escenas bíblicas y representaciones alegóricas. Entre ellos se destacan el de Leocadius en Tarragona y el de Santa Engracia en Zaragoza. También se conservan algunas estatuas exentas, como varias con el tema del Buen Pastor, laudas sepulcrales y mosaicos que por su técnica y sentido del color siguen los modelos romanos.